miércoles, 25 de marzo de 2009

Un idioma de acogida


Viene cada día con una bolsita de plástico azul en la que guarda su cuaderno de castellano y un diccionario. Ayer trajo a clase unas fotografías de su mujer y sus hijos. Todos se las fueron pasando. Él siempre se marcha un poquito antes para llegar a tiempo a su trabajo, en un restaurante de la Zona Franca. Hoy ha venido de traje para retratarse junto a sus compañeros en el aula.

Casi todos eran chinos, a excepción de un chico pakistaní de 25 años y la profesora, que tampoco es de aquí y les enseña un castellano que se habla como cantando. Casi todos trabajan cada día del año. Libran sólo una tarde a la semana y apenas tienen tiempo para conocer a nadie. Sonríen, sin embargo.

Al chico pakistaní le hacen gracia los chinos, a veces algunos parecen tan despistados… Hoy él ha contado que cuando vuelva este verano a Islamabad, su padre ya le habrá elegido mujer. No se verán el rostro hasta que ya estén casados. Y, claro, con este sistema, uno no sabe si detrás de la tela habrá alguien guapo. Y esto es mucho problema, ha dicho con gracia. Igual la que le toca es muy fea. Y los que le entendieron, rieron contrariados antes de pasar al siguiente ejercicio.

Con la ayuda del diccionario, otro compuso a la profesora esta frase:
Yo siento Tú sombrío sagrado.


Ella, claro, supo que él le había regalado, sin quererlo, el verso de un primer poema.
-No entiendo qué quieres decir con eso, le dijo, sin embargo.
Y le corrigió el cambio de género: mujer sombríA, hombre sombríO. Él apuntó en su cuaderno.

Pero como en castellano las personas no son sagradas, volvieron a consultar el diccionario, por si él se había equivocado. Un dibujito y a su lado: melancólico, sombrío.
Otro dibujito y la palabra sagrado.
- Pues no entiendo, busca otro significado.
Y el otro dibujito chino que él buscó ponía Dios en castellano.
-¿Yo Dios?, la profesora señaló el cielo, hizo el gesto de estar rezando.
Él rió, no, no, eso no.
Se quedaron callados.
Tienes tiza en el vestido.
Hasta la próxima clase.

1 comentario:

Anónimo dijo...

moi bon,canto se aprende enseñando